Black, la crítica social de Agoney
- 16melodias
- 28 abr 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 4 may 2020
Black.
Estamos ante uno de los singles más personales y críticos de Agoney, ex concursante de Operación Triunfo en 2017. El paso de Agoney por el programa no dejó indiferente a nadie; su espectacular voz y puesta en escena, combinados con su naturalidad y compañerismo dejó a todos sus fans expectantes por ver lo que tramaba fuera.
Black es el segundo single del artista, y se podría decir que es la más personal. Alejándose totalmente de su primer single “Quizás”, con un ritmo alegre y optimista, Black muestra su lado más íntimo. Algo que quería contar a gritos.
Black es un grito a la sociedad en la que vivimos. Un espejo de nuestra realidad, una crítica social necesaria y astuta. Un enfrentamiento a la presión que sentimos de que todo tenga un filtro. Y de que nos importe tanto lo que piensen si no lo tiene. Habla de esas amigas pero a la vez enemigas redes sociales. Aquellas con las que no podríamos vivir pero a su vez ahí está el problema. La canción además, es un símbolo de protesta a la opinión pública, a cuestionarse si de lo que se habla realmente se asemeja a la realidad.

Agoney ha querido enviar un mensaje desde el corazón, contando lo que siente, de manera cercana y cálida. Además de demostrar su calidad vocal e interpretativa, el artista nos ha dejado sin palabras en cuanto al significado. Es una canción negra, con coros y alejada de lo comercial, que pretende tachar el “like”, el “me gusta” social, que tantos dolores de cabeza nos ha dado.
Empieza con el estribillo, en una especie de eco, sin nitidez en la voz, otorgándole misterio y profundidad. “No podré escapar de la sociedad. Sucia y enfermiza, culta y moralista, pero con mil likes”. Como vemos, empieza con una crítica directa a la sociedad de hoy en día, sucia, enferma, aparentando ser más cultos y más moralistas que nadie en las redes sociales y, en consecuencia, en la opinión pública. Para recibir likes.

Y sigue la primera estrofa: “Frío enlacado en este lugar, la rosa negra con lágrimas vacías. Rímel de Vogue con el glitter black, golpes de brocha bailando un vals”. Podemos observar que aquí está recitando una serie de elementos negros, black (en inglés), que representan un claro espejo de cómo contempla él la sociedad. “No hay silencio, no hay dolor, solo risas y festejos, millones al cuello”, sigue diciendo que en esta realidad paralela de las redes sociales nadie sufre, todo el mundo muestra su vida perfecta, muy alejada a su propia realidad y quizás aquella que les gustaría tener. “Solo el flash puede ocultar la verdad que nadie quiere. Mentira, invertida”. Acaba la estrofa diciendo que básicamente el flash de las cámaras oculta la realidad, ya que se crea una totalmente nueva, desconocida y a gusto de quien haya hecho al foto.
A continuación viene el estribillo, comentado al inicio del post. Vuelve la crítica directa a la sociedad. Seguimos con la seguna parte: “Mentes ilusas que hay que engañar, no es tan difícil, lo hicieron ya, ooh”. Agoney nos está advirtiendo de las miles mentiras que existen en las redes sociales. Y, sin embargo, las miles de mentes ilusas que se las creen. Empezando por el simple hecho de utilizarlas de manera artificial.

“Atrapado en un cristal, enterrado entre esos héroes ocultos del mundo”. Acaba diciendo algo triste pero relevante. Está expresando cómo realmente se siente, atrapado detrás del cristal del móvil, sin poder ser quien realmente es. Enterrado con todos aquellos héroes y artistas que no han tenido el reconocimiento que deberían haber tenido. Aquellos que, incluso con un increíble talento, no se les ha dado el suficiente mérito por no ser un bonito objeto de exposición.
En cuanto al videoclip, va perfectamente acorde al mensaje que quiere transmitir con la letra, y está cuidado hasta el más mínimo detalle. Agoney dijo que se inspiró en el cine negro, Vogue Italia y la cinematografía de Ryan Murphy. En él, aparece el artista acudiendo a su propio entierro seguido por flashes. Agoney, sin quererlo, ha sido asesinado por la sociedad. Por hacer lo que realmente quería sin tener conciencia de que no puede ser libre. De que le cortarían las alas. Y allí está, obeservando su propia muerte, mientras, tras él, la gente está ansiosa por hacerle fotos.


Además, podemos observar como aparece un sacerdote lanzando al ataúd tinta negra. Tinta negra que simboliza la sangre de la sociedad. La que todos tienen y la que quieren que él también tenga. Una postura mentirosa, moralista, que representa a aquellos que hacen lo que sea para machacar a quienes no se suman a esta realidad paralela.

En algunas ocasiones aparece Agoney en una bañera con agua y rosas blancas. La tranquilidad de esta escena no tiene nada que ver con el resto del videoclip, y representa toda aquella calma que siente el artista. Cuando tiene el poder de hacer lo que quiere, en soledad, creyendo en la importancia del amor propio, asumiendo que él también tiene errores. Pero aparece de nuevo el Agoney del inicio del videoclip. Agoney nos sorprende, una vez más, creando una metáfora de nuestra realidad: incluso un entierro puede ser digno de fotografiar.

Agoney ha sabido unir su gran rango vocal con su talento como compositor y nos ha regalado una obra de arte. Un single poderoso, lleno de mensajes, críticas y significados profundos.
Gracias, Agoney, por demostrarnos que la música también sirve para decir lo que chillamos por dentro. Para ser un fuerte símbolo de protesta.
¿Os gusta Agoney? Os leo.
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